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El pasado viernes 23 de junio, el Rey Felipe VI cumplía con las obligaciones de su agenda oficial y se trasladaba hasta Sevilla para recibir un premio de agradecimiento por parte de la Fundación Alberto Jiménez- Becerril por su constante compromiso con las víctimas del terrorismo. El acto comenzó sobre las 11:00 de la mañana y no tuvo una duración mayor a una hora. A su salida, después de atender y saludar personalmente a la multitud de personas que se acercaron a los alrededores del ayuntamiento de la capital hispalense, decidió cumplir con una obligación vinculada directamente a su vida personal e íntima.
Tal y como ha trascendido, Don Felipe aprovechó su viaje a Sevilla para hacer un breve descanso en su agenda real que le permitiera visitar a un viejo amigo que está pasando por una dura enfermedad. De acuerdo con el video publicado por ABC, el monarca se dirigó hacia el barrio de Nervión hasta llegar al domicilio donde vive su gran amistad, la cual se fraguó en 1987 en la Academia General de San Javier Murcia. Se trata de un Teniente Coronel que, más allá de ser un simple compañero de promoción, parecer haber acabado convirtiéndose en un gran amigo del Rey.
Felipe VI presidiendo la corrida de la Beneficiencia / Gtres
Según los vecinos que se han puesto en contacto con el medio citado, el Rey llegó sobre la una de la tarde al bloque donde reside su viejo amigo y, sin duda, verle pasear tranquilamente con una línea de seguridad mucho más escasa de la habitual fue de las cosas que más llamó la atención a los habitantes del lugar. Por otro lado, su estilo más «informal» también ha sido muy comentado y es que el soberano paseó sin aparente preocupación, unos pasos por delante del único guardaespaldas que le acompañaba, mientras sujetaba la corbata con la que acudió al acto mencionado líneas más arriba con la mano, siendo así coherente con el carácter que requería la visita.
Desde que fue conocedor del diagnóstico por el que está atravesando su amigo, Don Felipe siempre se ha mostrado muy pendiente y preocupado por la evolución de su estado de salud. Es por ello por lo que quiso aprovechar el mínimo hueco que su agenda le permitió durante su estancia en Sevilla para apoyarle y pasar un rato agradable con él. Siguiendo la información publicada por ABC, la visita duró aproximadamente una hora, aunque, como era de esperar, el contenido de la conversación de ambos han preferido guardarla bajo la máxima discreción e intimidad posible. No obstante, es de imaginar que recordaron multitud de anécdotas y momentos que compartieron durante su etapa en el Ejército.
Felipe de Borbón durante su formación en la Escuela Militar del Aire de San Javier, Murcia. / Gtres
Echando la vista atrás, en numerosas ocasiones los medios han podido conocer como el Rey dejaba a un lado sus compromisos como soberano para pasar un rato agradable con diferentes compañeros de las tres academias por las que pasó durante su periodo de formación. Una etapa que su hija Leonor (heredera al trono), está a punto de vivir para obtener los máximos conocimientos posibles de cara a su futuro como reina de España.